domingo, 3 de noviembre de 2013

Atrápalo, atrapa al conejo rosa

Detalles, siempre cuidando los detalles. Me corté, eso me pasa por afeitarme la misma mañana, mi regla es hacerlo dos días antes de las fechas señaladas. Recuerdo que me dijo que prefería afeitado, que asco, sin mi irregular barba tengo cara de niño. Me gusta vestir bien, no en el sentido global de "vestir bien" sino que a mi me guste como voy, por eso cogí la camiseta negra de la otra casa, a cambio de ese puntazo se me olvidó cambiar mis vaqueros por unos que no tuviesen un agujero en la entrepierna. 
-¿Ya te vas?
-Que va, aun no me han llamado- ¿Y si la había entendido mal y yo tenía que ir y ella me avisaba dónde estaban? Creía que tenía que esperar la llamada para salir, envié un mensaje y al poco recibí una llamada de la hermana con la risa de ella de fondo. Perfecto, estaba la hermana, menos desconocidos a los que enfrentarme. Me despedí de mi propio hermano y de camino al Retiro compré cuatro chicles y descubrí como mi reproductor de música finalmente había muerto. Me moví rápido por el metro y aun más por la tierra, Ibiza, curiosa parada, el día anterior había visto un programa sobre la isla, no me gusta ese tipo de fiesta. Genial, llego a dónde están las barcas para encontrarme con hormigueros de personas ¿cómo se supone que les voy a encontrar? Si llamaba perdería el factor sorpresa... anda, ahí están. El chico muy majo y la salamanquesa también, lo bueno es que para haber conseguido esas becas habían tenido que sacar muy buenas notas, y con esa gente me suelo llevar bien. Buena velada, me dio la impresión de que me integré bien, aunque claro, habiendo solo un chico, le gustó tener a alguien en quien apoyarse. Nos medio perdimos absurdamente, mostré mi cultura general, ella sacó dos destornilladores ¡está loca! nah, no lo está, sé que es el morbo de llevarlos. Apenas la pude apartar para decirle un par de cosas, se pegaba a los demás como un niño tras las piernas de su madre. Oh, la polémica carrera, iba delante y por eso frené un poco, me adelantó y por culpa del camión de la basura me tuve que poner detrás y ganó. En un momento ya le hablé del reto del beso y por la conversación general parecía que no quería, que si acaso quería una ella encerrada en una habitación lejana, nada. Nos despedimos, juego de manos con él, guiño y besos a la hermana y besos y un par de buenas palabras a la salamanquesa. A Ella solo un adiós lo más seco posible.
Cuando ya me estoy marchando oigo un "espera", no es muy fuerte pero lo oigo porque lo estaba esperando.
-No te has despedido.
-He dicho adiós- nos acercamos.
-Ya, pero...
Me acerco para darle un beso en la mejilla y se gira hacia mí, me aparto un poco, muy poco, poquísimo, me acerco, nos besamos. Qué sorpresa, yo pensaba que apenas me rozaría los labios y huiría, en cambio es un buen beso, y qué labios tiene, ya los tenía yo fichados. Se despide, ni siquiera entiendo lo que dice. De camino al metro la gente a mi paso se ponía las gafas de sol, si no, mi sonrisa les habría deslumbrado. Rato después recibo un mensaje:
"¿ A qué sabe un conejo rosa ?"