-Si vienes conmigo te contaré la historia que les
prohibieron cantar a los ratones, te explicaré por qué los búhos tienes ojos de
cristal y por qué la Madre Naturaleza ha cambiado la felicidad por un misterio.
-¿Y si en algún momento me dejas de prestar
atención para atender otro asunto?
-Entonces te perderás, sin duda.
-¿Y qué ocurre si me pierdo?
-Que andarás sin rumbo con una angustia que te
oprima el pecho.
-¡¿Para siempre?!
-No, hasta que te encontrase, que ocurriría si al
tirar los dados saliese tu número, o hasta que te encontrases tú.
-¿Y eso cómo sería?
-No lo sé, yo aun ando perdido, dicen que cuando
te encuentras la oscuridad que está frente a ti empieza a brillar, pero sigue
siendo oscuridad, y brilla tan fuerte que te tienes que tapar los ojos y cuando
tus ojos se atreven a mirar de nuevo, hay una puerta frente a ti.
-¿Y la cruzo?
-No, jamás, debes bordearla y hacer que no te
importe pensar el qué hubiese pasado de haberla cruzado.
-¿Y qué ocurre si la cruzas? ¿Lo sabes?
-Sí, lo sé, me lo explicó un hombre que murió hace
tiempo.
-¿Y me lo puedes contar?
-No, por si te topas con la prueba.
-No sé si me atrevo.
-Si vienes, de camino te contaré la historia de la
reina bruja y de cómo, tras matar al soberbio, fue vencida por el niño que no
dejaba de llorar.
-¿Y si no voy?
-Si no vienes siempre te atormentará el no conocer
qué hubiese pasado, podrás ser feliz aquí, pero no serás más que eso, feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario