Una mañana sin más el coronel tomó
esta tierra que es mi cuerpo. Fue rápido, apenas dio tiempo a que hubiese
resistencia. Había quienes lo veían como algo bueno y no se opusieron, y los
que sí lo hicieron, lo hicieron tarde. El coronel había tomado los puntos
esenciales de un cuerpo sentado y ya no iba a ser fácil echarle. Fue entonces
cuando dejó de ser coronel y pasó a llamarse general.
El que ahora era general bautizó
a otros como coroneles y estos tomaron posiciones. Se necesitaba una buena
imagen de la nación que es mi cuerpo, por ejemplo, así que se invirtió en ello.
Se puso a trabajar a todo el pueblo buscando un ideal que no era más que la
suma de elementos vistos en el extranjero que no pertenecían a esta cultura
pero que había que adoptar, que había que obligar a la gente a que adoptase
aunque se excediesen de su cultura, porque se quería que nos mirasen los del
otro lado de la frontera y aceptasen a este nuevo país, a este nuevo régimen.
Se iniciaron resistencias, por
supuesto. El cuerpo se convirtió en sucesivos campos de batalla que lo dejaron
inmovilizado, generalmente tumbado, en un largo letargo esperando a que alguno
de los bandos se proclamara vencedor. Y lo hubo, claro, el general siempre
vencía.
Se produjeron persecuciones y
matanzas en masa. El general pensaba que si solo quedaban los que pensaran como
él el país podría avanzar, pero el país quedó parado. Nadie trabajaba, todos
permanecían sentados, y no se producía nada. Las cosechas y los frutos de este
cuerpo se pudrían sin que nadie los recolectase.
El largo letargo se había
instalado y en este contexto surgieron quienes, en un movimiento de protesta,
tan solo se sentaron. En las casa y en los espacios públicos, calles, bancos y
parques, en todas partes les podías ver sentados, con los ojos cerrados,
esperando. ¿Esperando a qué? No se sabe, a que las cosas cambiaran o a que el
tiempo dejara de pasar. Porque el tiempo era lo que corroía el país, porque
contra el tiempo no se lucha, solo se actúa en consecuencia.
Puede que os preguntéis que qué
pasó con el resto del mundo, si otras naciones no vieron esto y decidieron
intervenir buscando poner orden, y claro que sí, la ayuda internacional vino,
pero el general no quería ser juzgado y enfrentó todo el poder que aún tenía
contra el invasor.
Más adelante la nación se fue recuperando, es posible que el general muriese o
se exiliase. Las cosas empezaron a funcionar, pero claro, los oficiales del
ejército son muchos y tienden a tener hijos, y todos ellos quieren el poder,
así que nunca se sabe cuándo no podrás levantarte de la silla porque
encontrarás frente a ti un rifle que te apunta de lleno a la cabeza.
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