Hoy me gustaba mi
aspecto, así que me puse contra la pared blanca y me estuve haciendo
fotografías hasta que una salió bien, para recordar cómo me gusto. Después me
coloqué frente al espejo del baño y acerqué mucho el rostro al otro rostro.
Estuve esperando mucho rato a ver si crecía algún pelo de forma que ya dejase
de gustarme, pero como no pasaba nada, los fui cortando todos un poco para que
cuando crecieran estuviesen como me gusta, al terminar de cortarlos no me gustó
el resultado.
Hoy le he cambiado el
nombre a Don Padre. Había estado pensado, llegando a la conclusión de que no me
gusta su nombre, como dicen ellos “de pila” o “depila”, no lo tengo muy claro.
Tampoco me gustaban “papá” o “papi”, aunque me disgustaba menos “padre”, por lo
que terminé cambiándole el nombre a “Don Padre”. Me encanta la palabra “don”,
aunque no sé qué significa.
Hoy dormí mal y cuando
desperté me molestó el sonido de los coches, autobuses, motos y camiones, o,
como lo llaman ellos, el tráfico. La ventana estaba abierta, pero Don Padre no
me deja cerrarla porque dice que hace mucho calor, aunque yo creo que el calor
viene de fuera y si cerramos estaremos mejor. Durante toda la mañana me molestó
el tráfico, en especial los coches, que son más numerosos, así que bajé a la
calle y moví los contenedores que aún no había guardado Ever. Me faltaron
contenedores, así que moví también los de otros edificios, pensando que no les
importaría perderlos a cambio de que se acabase el ruido. Al final sonreí muy
contento, pues había conseguido parar los coches y, como ya no se movían,
hacían menos ruido. El problema fue que aparecieron los hombres de azul y tuve
que correr a esconderme.
Aunque primero está la
puerta del portal y luego, arriba, la de mi casa, los hombres de azul llamaron a la de mi
casa, así que supuse que habrían matado a Ever, pues tienen
pistolas y pueden disparar a los malos, aunque yo creía que Ever no era malo.
Los hombres de azul me dijeron que abriese la puerta y les dije que no, que no
podían entrar. Al rato volvieron a llamar y dijeron que tenían la orden de un
juez, que no sé con qué derecho les dio esa orden, a lo que les contesté que yo
les daba la orden de que no entraran y como mi orden era posterior, la tenían
que respetar. Al final me llevaron con ellos y al salir a la calle, antes de
meterme en el coche, no me dejaron taparme la cara como hacen los malos que
salen en las noticias. Luego, durante varios días me aburrí mucho. Recuerdo a
Don Padre pidiendo perdón y señalándome, y cuando la gente me miraba, yo les
sonreía, lo que parecía enfadar a Don Padre. Un hombre que al parecer era
aquello a lo que llaman juez me llamó “incapaz”, que no sé qué significa. No me
dejaron preguntarle a aquel señor por qué ordenó a los señores de azul que
entraran en casa. Por cierto, Ever no murió, solo dejó entrar a los señores de
azul, ya no le saludo cuando le veo en el portal o sacando los contenedores.
Hoy Don Padre me puso
una “cuidadora” que es una mujer que pone la tele muy alta, me hace la comida y
me pregunta cada poco rato qué tal estoy. Habla muy raro y Don Padre me ha
dicho que es porque es de un lugar llamado Sudamérica, pero no sé si me ha
mentido porque he estado buscando ese país durante dos horas en el globo
terráqueo y no lo he encontrado. Hemos comido una comida de su lugar de origen,
“de mi tierra” lo ha llamado ella, aunque es pobre y estoy seguro de que no
tiene tierras. La comida no me ha gustado y me ha dicho que es porque tiene
Chile y yo le he dicho que no, que Chile es un país, que lo acababa de ver en
el globo terráqueo, y cuando ella me ha dicho que Chile son un país y algo
parecido a un pimiento, le he contestado que eso no podía ser y que volviera a
“sus tierras” a enterarse mejor. Cuando Don Padre volvió le dije que creía que
aquella señora era “incapaz” y él me regañó, también me quitó el globo
terráqueo.
Hoy he decidido darle
una oportunidad a “Padre” en vez de “Don Padre” porque la palabra “don”, de
tanto usarla, me está empezando a dejar de gustar.
Hoy Padre me dijo que
iba a tener visita y cuando le corregí y le dije que íbamos a tener visita, me
dijo que yo no porque me quedaría a dormir en casa de mi amigo Pablo. Pablo no
es mi amigo, y yo se lo he dicho pero me ha regañado, me ha dicho que vamos al
mismo centro y tenemos la misma edad, por lo que somos amigos. Creo que no sabe
muy bien qué es la amistad. Pablo no me gusta, habla muy raro y se mete
cualquier cosa en la boca. Hay cosas que están hechas para meterse en la boca,
como las chuches, los cubiertos o el cepillo de dientes, e incluso hay cosas
que puedes creer que son para meterse en la boca, como los frascos de perfume,
que Padre me explicó que eran venenosos, o esa caja de chicle que cuando el
chicle se acabó seguía oliendo tan bien. Sin embargo Pablo se mete en la boca juguetes,
por lo que no le dejan jugar con juguetes y en su casa no hay juguetes, solo
libros y cosas grandes que no se pueda meter en la boca, pero como estas cosas
no le gustan a Pablo, se aburre y hace ruidos raros. Además Pablo no sabe decir
su nombre, dice “Pabo”, cuando el pavo es un animal y él se llama Pablo, que me
lo dijeron la maestra y Padre, regañándome cuando me referí a él llamándole Pabo.
No confío en quien no sabe decir bien su nombre. Yo, cuando aprendí a escribir,
lo primero que aprendí fue mi nombre y firmaba con él detrás de todos mis
dibujos, después escribí muchas otras cosas y ahora escribo esto.
Al llegar a casa de
Pablo llamé yo al timbre, porque me gusta llamar a los timbres, apagar las
luces, cerrar las puertas y ventanas y darle al botón que abre las puertas del
metro. En el ascensor, aunque no había dicho nada, Padre me regañó diciéndome
que no me atreviese a decirle a Pablo o a su mamá que Pablo no es mi amigo. Yo
sí me atrevería a decirle a Pablo o a su mamá que Pablo no es mi amigo, cosa
que es verdad, pero una vez me explicó la maestra que cuando ellos dicen
“atreverse” a veces se refieren a atreverse y a veces es una prohibición, por
ejemplo, en este caso era una prohibición, hay que ser muy listo para saber
cuándo es una cosa u otra, y yo lo soy.
Cuando la mamá de Pablo
ha abierto la puerta, le he dado unas flores y le he dicho que las había
comprado yo, aunque es mentira, las había comprado Padre, pero es lo que se
llama una “mentira consentida”, después la mamá de Pablo me ha dicho que fuese
al cuarto de Pablo a jugar con él. Pablo estaba sentado en el suelo de su
habitación, con la mitad de una linterna metida en la boca, pero nada más verme
se bajo los pantalones y los calzoncillos y fue caminando con los pantalones y
los calzoncillos bajados hasta el baño. Parecía un pingüino. La pilila no se
enseña, me lo dijo Padre, pero Padre me dijo también que nunca debo decirle a
mis compañeros las cosas que no pueden hacer o qué cosas son de mala educación
porque “cada niño es un mundo” aunque no sé qué significa eso. Como me aburría
y no me gustaba escuchar el sonido del pis de Pablo chocando contra el agua del
váter, me puse a investigar y descubrí en la habitación de al lado un montón de
libros. Encontré unos que eran como veinte y que tenían nombres muy raros, el
primero, por ejemplo, se llamaba “A-Alcántara” y el segundo
“Alcántara-Asotano”. Cogí uno y descubrí que eran como diccionarios pero con
imágenes. Padre no me deja tener diccionarios como no me deja tener el globo
terráqueo, creo que es porque tiene miedo de que me vuelva más listo de él.
Busqué qué significaba “juez”, pero no entendí nada, así que después tuve que
buscar “autoridad”, “potestad”, “juzgar” y “sentenciar”, pero me aburrí
enseguida y busqué “incapaz” y ponía “que no tiene capacidad o aptitud para
algo” y me enfadé mucho, ¿para algo? ¿Para qué no tenía capacidad?
Acababa de descubrir que
los hombres de azul se llaman policía cuando la mamá de Pablo me dijo que
dejase eso y que fuese a jugar con Pablo. “Don” significaba nosequé y regalo, y
me sentí muy mal de habérselo llamado a Padre, porque él no se merece que le
regale nada.
Mientras cenábamos me di
cuenta de que me había olvidado en casa el cepillo de dientes y me sentí muy
mal, pero no se lo podía decir a la mamá de Pablo porque me daba vergüenza, así
que cuando terminamos y ella se puso a lavar los platos, le di unas monedas a
Pablo para que se las metiera en la boca, abrí la puerta con cuidado y me
marché.
Pablo y yo vivimos muy
cerca del centro al que vamos, así que vivimos cerca el uno del otro. Yo tengo
llaves porque Padre no se fía de la cuidadora y no quiere que las tenga ella.
Cuando llegué a casa no saludé a Ever y subí. Al llegar a la puerta de casa
metí una llave en la cerradura, pero era la equivocada y encima se me cayeron,
y cuando iba a meter la correcta Padre abrió la puerta. Estaba desnudo y fui a
decirle que la pilila no se enseña cuando me dio una bofetada. Después se
vistió y me llevó a casa de Pablo. Pis también se dice orina y pilila también
se dice pene.
Hoy mi cuidadora me ha
dicho que la mujer con la que estuvo Padre era una mujer de mal ver, pero le he
dicho que no puede saberlo porque no la vio, así que no puede saber qué tal ve.
Le he preguntado a mi cuidadora si no tengo aptitud para algo y no me ha
entendido, así que le he dicho que si yo era incapaz como decía el señor juez y
entonces ha venido hacia mí, me ha cogido la cara haciéndome daño, me ha dado
un beso, me ha abrazado y ha empezado a decir “no, mijo, tú eres especial, tú eres
especial”.
Hoy hemos salido del
centro a una excursión al parque del Retiro y Pablo me ha dicho que su mamá le
ha dicho que es el parque más grande del mundo. Luego la profesora nos ha
señalado cuatro árboles y nos ha dicho que podíamos jugar a lo que quisiéramos
mientras que no cogiésemos nada del suelo y no fuéramos más allá de esos
árboles. Yo he visto a cuatro chicos que no eran de nuestro centro jugando al
fútbol, pero jugaban muy mal, así que me he acercado y les he dicho que eran
incapaces, porque no tenían capacidad de jugar al fútbol, entonces se me han
acercado y me han preguntado que si era uno de los retrasados y yo les he dicho
que no, que soy especial, entonces uno me ha empujado y me he caído, pero
entonces ha venido la profesora y les ha gritado que cómo se les ocurre meterse
con alguien como yo. Creo que lo ha dicho porque soy especial. Después me ha
comprado un helado. Pablo ha encontrado una jeringuilla y se la ha llevado a
casa para metérsela en la boca más tarde.
Hoy nos ha dicho la profesora
que tendremos que entregar nuestro diario a final del día, pero cuando dice al
final del día quiere decir al final de las clases, es lo que se llama una
mentira consentida. Ahora es la penúltima clase pero no sé qué escribir. Pablo
está en el hospital. Mi cuidadora esta mañana me ha dado una piruleta, así que
le he dicho que le iba a dar un don, pero no me ha entendido porque habla raro.
La profesora ha empezado
a recoger los diarios así que adiós.
Muy, muy original y divertido
ResponderEliminarMuy divertido, gran ingenio el tuyo, magnífico.
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