viernes, 13 de mayo de 2016

La falda

Si sigues dando vueltas de esa forma, moviendo así la cadera, se te va a caer la falda.
¿Ves? Te lo dije. Esa goma aguanta en la cintura, pero aguanta poco, porque es mala, y desde luego no es más que para caminar a paso normal.
¿Ahora te tapas? No sé, llevas bragas, no hay peligro. Bueno, pero si decides darme la espalda para taparte lo de delante me expones las nalgas, porque esas bragas no sé si serán así, pero parece que te quedasen pequeñas, veo dos circulitos de piel.
Ahora, no sé, ¿una mano en cada nalga? Hasta parece erótico, nadie diría que intentas ocultar una desnudez parcial. Todo esto parece una danza, como si no hubieras dejado de mover la cadera.
¿Te agachas a por la falda? ¿Pero no ves que así tus bragas se marcan y estás más desnuda que hasta ahora?
Pues sí que era mala la falda, ha llegado a tu cintura y plof, ha vuelto a caer.
¿Enserio otra falda? Te falla la goma y ya buscas una dura. ¿Pantalones no tienes ahí dentro?
Anda, ven, que te subo yo la cremallera. Qué guerra das.
Eso, sí, así. Ahora, después de todo, te has relajado. Ahora deja que te desbroche botones, que te baje cremalleras y que te acaricie así, despacio.

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