El cielo se vuelve más uniforme que cuando es azul.
Pensaba que era de un blanco sucio, pero ahora pienso que es un blanco con
sombras producidas por el mismo cielo al hacer una cúpula que deja fuera al
Sol. Qué bonita es la palabra plomizo, si fuese un animal tendría uno. El
naranja de los ladrillos se vuelve más oscuro y el tono me gusta más, los árboles
parecen volverse distantes. Al principio miras el cielo y después al suelo para
verlo mojado, entonces buscas las gotas caer en algún fondo oscuro del paisaje.
Más tarde éstas se perciben mires donde mires. Pero lo que más me gusta es ese
sonido a grifo que gotea, esa sensación de que el agua se mete por agujeros en
los ladrillos y se escurre en pequeños riachuelos por entre las paredes.
Qué bien que llueva.
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