Tengo un jardín tan bonito... está sembrado de maldad, que crece como flores negras. Mi maldad no hace daño a nadie y aun así es mala. Susurrante, pinchosa, trepadora, una maldad que sonríe y te hace actuar sonriendo (terrible media sonrisa). No es una maldad de hombres serios, es una maldad divertida, para mí, claro.
Mi jardín huele a incienso y estas flores no siguen al Sol, sino a la Sombra. Y creo que ahora... ahora voy a cortar esta de aquí y sí, te la voy a dar a ti.
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