Jesús pide la cuenta y hasta que no ve venir al
camarero no apura la copa. Las vueltas son unos céntimos que deja de propina y un
euro redondo, que guarda en el bolsillo de las monedas, que tintinea y suena a
rico. Salen todos a la calle y caminando Jesús y Alejandro se van quedando
delante. Alejandro entonces le pide que si le puede prestar un euro, Jesús
contesta que no sabe si tiene, escarba con el dedo índice en el bolsillo y saca
una moneda que le presta y que no se devolverá. Alejandro camina largo rato con
la moneda dentro del puño y en cuanto parece casual se acerca a Daniela y le da
el euro que le debía por el regalo común que acaban de hacer. Daniela, horas
después, recuerda que Miguel le prestó dinero para el autobús, mira en su
monedero y le da la moneda, que él acepta diciendo que no hacía falta. Cuando
se despiden, Miguel decide dar un paseo, recorre las calles en cuesta, compra
en un quiosco el periódico pagando con el euro y se sienta en un banco a
leerlo. En portada, escrito en grandes letras, se dice que la moneda se devalúa
y que un euro ya no vale nada.
Jajaja...
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