Hay dos tipos de protagonistas, el centro y el
lateral. El centro es activo, participa en la historia, la busca, te interesas
por él porque sin él aquello no sería lo que es. El lateral no promueve la
historia, se suele ver arrastrado a ella, no es más que un espectador, alguien
que relata lo que ve, lo que ocurre, como si no fuera más que los ojos de otro
personaje, cuando habla sobre sí mismo te sorprendes como en una intromisión
educada porque no esperas saber nada sobre él, no te interesa, no es más que
algo más que un objeto.
Con todo esto uno puede mirar los personajes
ajenos o los propios y preguntarse qué carácter llevan puesto. A veces hay
mezclas, a veces un lateral se mueve hacia el centro, pero por regla se cumple la
regla. Y esto además te incumbe, recuéstate en una silla y piensa lo siguiente
¿tú qué tipo de personaje eres? ¿Dejas que las cosas sucedan o las vas a buscar?
Piensa en si sabes qué te gusta o necesitas que te lo digan, piensa en tus
costumbres, tu vida, en los momentos en que ha habido una elección y en los que
no la había pero podías haberla creado. Piensa si eres el protagonista de tu
historia o tan solo un personaje. Piensa qué tipo de personaje eres y piensa si
te gusta ser así o por el contrario quieres revelarte contra el escritor, que
tiene mala letra y faltas de ortografía.
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