lunes, 29 de junio de 2015

Morfeo

El otro día, cuando me desperté a las cinco y media de la mañana, pensé que los sueños deberían tener un filtro, una censura lo llamé entonces. La razón es que había soñado contigo, pero en vez de como al principio, cuando te encontraba en aquellas extrañas situaciones, como en la casa del bosque o en la casa a medio dibujar donde de hecho no apareciste pero sí tu familia, ese pertenecía a la segunda tanda de sueños, en los que prácticamente me hablas contándome tu vida ahora, un poco tu día a día, que de hecho lo narras con mucha fidelidad, tanta que si superpusiese lo que me dices en mis sueños a tu vida real, cuadraría en gran parte, sobre todo la parte sórdida y la de los moratones en el alma (moratones porque duele si los aprietas pero de alguna forma muchas veces tientan de ser apretados). Una vez despierto estuve pensando en estos segundos sueños, en tus monólogos, y acabé pensando que quizá no eran tan malos porque no eran sueños que prometiesen mentiras, sino que eran simplemente informativos, aunque ahora que lo pienso algunas de esas verdades me asedian y me superan, por lo que, definitivamente, son malos. Lo raro ha sido hoy, porque hemos vuelto a la primera tanda de extrañas situaciones, y no solo eso, sino que soñé una parte, me desperté, me volví a dormir y soñé la continuación, aunque tal como lo voy a relatar me resulta imposible diferenciar ambas partes, como tampoco puedo recordar los sueños anteriores, en los cuales está la razón de por qué formaba yo parte de ese número de baile habiendo ensayado solo una vez y sin recordar el segundo y tercer paso, que de hecho en el sueño iba pensando que ojalá otro bailarín (o la bailarina que después del ensayo del sueño anterior no volvió a aparecer) me los explicase rápidamente antes de salir al escenario, y así empieza el sueño, llegando yo al lugar donde vives, aunque cambiado, por supuesto, a formar parte de mi número musical.
Llegué andando por la carretera y había mucha gente sentada o de pie en la acera que yo miraba, no sé por qué no miré ni una sola vez a la otra acera, creo que porque de haberlo hecho no hubiese encontrado nada, solo algo vacío que no tenía por propósito entrar en el sueño y que de haberlo mirado probablemente lo hubiese cambiado todo transportándome a otra historia. Frente a toda aquella gente me sentía ligeramente superior, en parte por llegar de lejos a donde ellos vivían encerrados como en un pueblo americano y en parte porque yo era uno de los artistas que iban a debutar esa noche (que luego no fue noche, o por lo menos solo mientras estuve dentro del recinto al que aun no he llegado en la narración, fue como si entrase cuando anochecía y saliese por la mañana, pese a no pasar tanto tiempo dentro). Entre la gente de la acera vi a un chico de mi clase con el que antes tenía relación y ya no, y recuerdo que le saludaba en el sueño y pensaba que me entristecía que ya no fuésemos amigos, sobre todo porque era por culpa de un tercero. Cuando llegué al recinto pregunté a una chica que dónde estaba la entrada de artistas y ella se rió, me dio a entender que aquello era un espectáculo muy cutre y que podía entrar por la puerta principal, pero que si quería había una puerta trasera. Dentro no me acuerdo muy bien que pasó, recuerdo que éramos menos gente de la que deberíamos, y que preguntaba por los pasos que me faltaban y me contestaban que ellos tampoco se los sabían muy bien. También recuerdo que un compañero me lanzó una maldición de que tendría mala suerte y yo una que decía que le escondía las baquetas (las de la batería, que no entiendo por qué se desesperó por no tenerlas si en ningún momento apareció dicho instrumento) y no sé si también le lancé otra relacionada con los peces y otra que tenía que ver con los arbustos. Luego el número nos salió fatal, y yo no podía dejar de pensar que luego te iba a ver, porque vivías allí y porque no sé si habíamos quedado o es que teníamos que vernos pese a no ser noviembre (de hecho al principio de uno de los sueños llevaba abrigo y me preguntaba por qué si no hacía frío), pero como el número nos salió fatal pensé que en parte podía tener que ver con la maldición, y como no quería que eso afectase a nuestro encuentro le dije que la bolsa de plástico donde estaban sus baquetas y otras dos cosas que había robado estaban debajo de la mesa redonda con mantelillo de flores que había entre bastidores. Después no sé si pregunté por ti o sabía dónde estabas, todo el mundo parecía conocerte, todo el mundo parecía estar por la calle, quietos, andando o sentados, y yo, tras el espectáculo me sentía libre, y así llegué adonde estabas. Entré en la cafetería y reconocí de reojo tu pelo corto en una de las abarrotadas mesas del fondo, pero en vez de acercarme me senté en una mesa más cercana a la puerta, con tres desconocidos que sabía que eran tus amigos y con los que me puse a hablar haciendo fe de la inmensa confianza en mí mismo que sentía en aquel momento. Esa gente no me importaba, pero hablaba con ellos, les preguntaba y les caía bien solo porque sabía que pasaría lo que pasó, y es que en un momento se quedaron callados, me giré y ahí estabas tú, estando pero disimulando mirar a otra parte. Salimos de la cafetería tú, yo, una de tus nuevas amigas y Julia, la cual no me había saludado y a la que le pregunté si no le caía bien y no recuerdo si me dijo si sí o si no, pero lo que sí recuerdo es que me dijo que cada vez que yo aparecía causaba problemas, que el otro día no habías dejado de buscar entre los arbustos y en las galletas oreo, lo cual se explicó de la siguiente forma, y es que aquello ya era parte del segundo sueño, y entonces tú pensabas que era para ti la maldición de los arbustos que le había echado al tipo de las baquetas, y la de las oreo provenía de un teléfono escacharrado entre sueños. Sé que pensé en la frase “han pasado muchos meses, Miguel” la cual interpreté en su momento como un punto y final, pero en el sueño, en el único momento en que fui algo consciente de que era un sueño, me dije que si eso era un punto y final, ¿por qué te habías agobiado buscando en los arbustos una respuesta a una adivinanza que ni habías entendido? Y sumando eso a cierto día de noviembre me dije que quizá no era un punto y final, sino algo que no sabías cómo tratar. Luego estuvimos juntos en un parque o algo parecido, pasaron cosas importantes que ahora no recuerdo, y sé que al final empezaste a decir algo, pero por alguna razón lo que me decías lo podía ver en forma de carta, como en las películas cuando alguien lee algo y una tercera voz le dice al espectador lo qué está leyendo. Entonces recuerdo que mientras tú empezabas a hablar yo bajaba instintivamente bastante más abajo en el texto y leía (que más que leer me lo recitaba tu voz) una parte en la que decías cosas propias de una adolescente a la que le empieza a gustar un chico, pero te referías a un tercero, por lo que dejé de leer, me sentí caer y entonces desperté.

Llamo a esto “Morfeo” porque he visto que una chica comentaba que había soñado con chocolate y que al despertar el desayuno no estaba hecho, de tal forma que insultaba al dios del sueño. Ahora recuerdo que tuve esta noche un sueño anterior a los narrados, en él visitaba tu perfil en una red social inventada y ahí veía unas fotos horribles en las que no salías tú, pero que al haber hecho las fotos sabía que habías participado en lo que veía, y yo me sentía como se debe sentir un padre cuando descubre que su hija se ha hecho mayor mediante a algo horrible que pueda descubrir, que tal vez no sea tan horrible, pero que para él es un mundo. Una vez soñé con un cofre lleno de billetes verdes y yo decía “cuando cojo algo en un sueño no está al despertar, así que cogeré solo unos pocos billetes”, pero al despertar mis bolsillos estaban igualmente vacíos. Hoy he soñado una cosa buena y una mala respecto a ti, y curiosamente al despertar se invierten, lo malo es bueno porque mis sueños eran fantasía y lo bueno es malo porque a la hora de la verdad lo que ha ocurrido no ha pasado realmente.

Respecto a lo que dije de filtrar o censurar los sueños no se puede hacer nada, porque de hacerlo estaría restándole poder a Morfeo, le estaría restando poder a un dios.

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