sábado, 13 de junio de 2015

Te vi

Podría hablarte, podría decirte “Hola, ¿qué tal?” y tú no entenderías nada, pensarías que no tengo que hablarte, que ese no es el curso de las cosas, pero por si pasase algo me contestarías en lo que empezaría como una conversación de respuestas cortas por tu parte y preguntas entusiastas por la mía. Entonces de pronto, viendo que no se oculta nada y que esa conversación aparentemente normal es realmente una conversación normal, me pararías y me dirías “¿Por qué me has hablado?” y yo te contestaría diciéndote la verdad, que porque te vi conectada y no pude evitar hablarte como quien practica un deporte de riesgo. Puede que te agobiases, querrías terminar la conversación sin que te diese yo pie a ello, así que de pronto me dirías “Adiós” y cerrarías la conversación, la página y puede que hasta bajases la pantalla del ordenador, pero tras respirar una vez y pensarlo rápidamente, la volverías a levantar, abrirías de nuevo la página y me eliminarías, y tal vez de algún lugar más, y yo me quedaría sin respuestas a las preguntas banales y a las que no lo son, tal vez habría perdido la oportunidad de obtenerlas en un futuro, y todo por haberte visto conectada.

1 comentario: