jueves, 5 de enero de 2017

Al lado de la sala de estudio

Al lado de la sala de estudio hay un cuarto sobre cuya puerta cerrada un cartel dice "Talleres". En el cuarto que dice talleres se han habilitado talleres para los niños los días de navidad que son laborables. Las paredes no logran silenciar del todo los gritos docentes de la maestra que imparte el taller ni las intervenciones esporádicas de los pequeños que llegan a los estudiantes, que si están estudiando en navidad es porque tienen los exámenes a la vuelta, una vuelta que en realidad no es esquina y es terrible y que los pobres niños, ilusos, magníficos, aún no conocen y que gracias a este sistema educativo igual no conocerán. Bueno, que estos sonidos les llegan a los estudiantes como un rumor retrasado por más de quince años.
No es tan raro entonces imaginar que la profesora se gire dando la espalda a los alumnos para coger algo que estaba a su espalda y que ahora está a su frente y al volver a girarse dé un respingo al ver entre los niños, que están sentados en el suelo con las piernas cruzadas, a un tipo que por edad y barba debe encontrarse entre el adolescente y el adulto medio.
De alguna forma la presencia del estudiante acabará por ser normal o por lo menos soportada, y la profesora continuará con sus juegos a los que el nuevo se unirá con la asistencia necesitada de los más pequeños.
Otro respingo es probable que dé la mujer cuando descubra en un momento dado que la mayoría o ya el total de los asistentes son estudiantes y que de los niños no se sabe nada, que igual andan jugando entre apuntes subrayados de divertidos colores. Pero no pasa nada, esta historia terminará como desde un inicio se esperaba: la profesora desaparecerá también y el público de longevos estudiantes apreciará que ella es sustituida por un niño o por una niña alegremente vestida que impartirá un magnífico taller navideño para los más pequeños.

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