miércoles, 30 de septiembre de 2015

Mira

Unos andares de mujer, unos andares con unos zapatos. Qué piernas, qué mujer. Yo la conozco, creo, no, no la conozco, la conocí. Para mí es como el fantasma de alguien que aún no ha muerto. Un fantasma que camina con más estilo que media humanidad, qué piernas, qué zapatos, qué estilo, qué mujer. Dueña de piropos y estereotipos habidos y por haber. No fuma pero escupe humo, pero calla, mira cómo camina. Tiembla la tierra bajo sus pies al medio día y a las tres de la madrugada, tiembla tu corazón cuando la oyes acercarse sea la hora que sea. Escucha y ahora mira, qué deleite, qué piernas, qué mujer, qué fuerza sobrehumana que me arrastra y luego me empuja. Da igual que la veas a color o a blanco y negro, da igual que estés vivo o muerto, da igual que la conozcas o la hayas conocido, sus andares no conocen barreras.

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