No vale cualquier canción, ha de ser lo
suficientemente larga, que se vea, que se sienta claramente que lo es. No
entendamos larga de duración, eso da igual, aunque ahí también suele tener más
de uno o dos minutos, aunque, en fin, también depende de lo que quiera cada
uno. No se recomiendan ni muy breves ni tan largas que parezcan más bien varias
canciones juntas. Pero estábamos hablando de lo otro, de que deben ser largas,
largas ¿cómo explicarlo? Que puedan de darte al menos dos vueltas a la cintura
y que sobre un poco. Ya se me va entendiendo, ¿a que sí?
Bien, como ya habréis podido comprobar, si estáis
siguiendo los pasos a la vez que vais leyendo las instrucciones, estas
canciones tienen un color nítido, en mi caso un blanquecino casi transparente.
Cuando tengáis la canción lista colocadla con cuidado sobre la mesa de tal
forma que no se hagan nudos y que vaya sonando despacio mientras pasamos al
siguiente paso. Hay quien tiene los recuerdos ordenados en una caja y hay
quienes los tienen tirados por el suelo, pegados en las paredes o
semienterrados en el jardín, de cualquier forma hay que coger todos los que se
puedan de la persona o grupo en cuestión, es preferible que sea solo una
persona, porque en el caso de un grupo la canción puede no alcanzar para todos
sus miembros.
Pensaba poner por ejemplo una antigua relación,
pero tal vez, para que más personas se puedan sentir identificadas, pondremos una
amistad que fue y ya no. Hay que coger dos tipos de recuerdos, los que son como
fotografías, grandes, rectangulares y brillantes y los que son como hexágonos,
más pequeños, que no dejan de cambiar de forma y no se dejan ver bien. Entonces
se recoge la canción y se le ata un recuerdo, dejando un pequeño tramo libre y
atando otro después: una conversación, un paseo, un enfado, incluso aquella vez
que hubo una mirada muy intensa y los labios estuvieron cerca y ese recuerdo
por poco contamina a los otros.
Cuando ya está lista la canción con los recuerdos
atados como si fuese un cable con las luces de Navidad, entonces se puede
estirar manualmente —puedes cantar, tararear o silbar la canción— o puedes
atarla a cualquier dispositivo que funcione como un ventilador y entonces la
veas girar, mientras suena y los recuerdos brillen y se reflejen en las paredes
y en la pared del fondo veas a esa persona y sepas que la canción y ella, y su
momento, estarán siempre unidas.
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