lunes, 17 de noviembre de 2014

La época de la pulsera.

Pocas etapas de la vida están definidas con un inicio y un final, y aun menos se pueden permitir un nombre. Este verano mi hermano viajó mucho, y de uno de sus viajes me trajo una pulsera, una de las que más me han gustado (teniendo en cuenta que todas son regalos).
No con el regalo empezó una nueva etapa, sino que más bien el regalo se produjo en una época de transición. Y así pues, aunque los diferentes estudiosos de la historia no se ponen de acuerdo en la fecha en la que ésta empezó, la opinión más generalizada fue que el inicio se dio en el Curso Cero, un taller preparatorio al que acudí una semana antes de empezar la universidad. Yo soy muy dado a crear teorías sobre mí y sobre las cosas, teorías que en su momento me parecen la culminación del ámbito en el que se den y ante las que muchas personas asienten sin expresión ninguna, pero después (puede que en la siguiente etapa, no lo sé) me avergüenzo muchísimo de haber dicho semejantes cosas, de habérmelas creído y de haberlas llevado a cabo, lo bueno es que con cada torta las voy haciendo mejores, quizá un día quede permanentemente satisfecho con una. Bien, pues en el Curso Cero ideé nuevas de estas ideas y, aunque no creo que tenga relación, encontré un grupo de amigos con el que empecé el curso llevando ventaja en cuanto a fiestas y a gente con la que poder hablar. Hace poco, no sé bien si dos o tres semanas semanas, todo empezó a ir mal, suspendí mi primer examen oficial, perdí las amistades como arena que se te desliza de los dedos sin que puedas quedarte con ella y se me cayó la pulsera de mi hermano, dejando mi muñeca mucho más fea. Todo empezó a ir mal, tanto que me desesperé, aunque aprendí a contener los problemas con un método que quizá cuente algún día, y entonces tomé una decisión, después de afeitarme y cortarme el pelo, volviendo así a tener unos quince años, decidí que seguiría cayendo, que caería con todas mis fuerzas hasta el día dieciséis de noviembre, tras el cual me obligaría a levantarme, mi idea era chocar tan fuerte contra el sueno que rebotase subiendo muy alto, y, pese a la horrible media hora del nuevo día, hoy estamos a día diecisiete y doy por completamente terminado el epílogo de la época de la pulsera. Me preguntó qué nuevo nombre tendrá esta nueva etapa y qué tal será.

1 comentario:

  1. Tu escrito, además de conmoverme me ha recordado el mito del Ave fénix. Te copio lo que aparece en wikipedia: El mito del ave Fénix, alimentó varias doctrinas y concepciones religiosas de supervivencia en el Más allá, pues el Fénix muere para renacer con toda su gloria. Según el mito, poseía varios dones, como la virtud de que sus lágrimas fueran curativas. En el Antiguo Egipto se le denominaba Bennu y fue asociado a las crecidas del Nilo, a la resurrección, y al Sol. El Fénix ha sido un símbolo del renacimiento físico y espiritual, del poder del fuego, de la purificación, y la inmortalidad...."
    Eso es lo que tú haces, resurgir de una crisis creciendo y superándote, buscando ser más feliz y dando los pasos necesarios para ello... Suerte en tu camino

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