jueves, 24 de abril de 2014

Atentamente, Miguel.

Hoy no sé qué escribir, últimamente no tengo ni idea, solo me vienen ideas, aunque buenas, cuando justamente no puedo o no debo escribir. Hoy no sé qué escribir.

Podría empezar presentando un personaje, eso siempre está bien, dices cinco cualidades, tres de ellas peculiares, y tienes garantizada la atención del lector que espera con un entusiasmado "¿Y ahora?", y eso digo yo ¿Y ahora? ¿Ahora qué?
Puede ligar con una chica que presento como misteriosa, puede emprender un viaje, puede verse envuelto en una extraña situación de violencia... Todo esto, ahora mismo, me parece un mierda. Me repito, quizá no lo parezca, o quizá sí, pero siento que no consigo pasar de cierto punto, aunque vaya cambiando el camino que no dejo de transitar poniendo diferentes palabras.
¿Saben? Últimamente siento que me asfixio, pero una asfixia real, física, insana, mala, que me provoca irritación con el mundo, malestar y odio hacia todo, hacia mí en especial. Esta asfixia vendrá de no hacer ejercicio, supongo, pero yo creo que sobre todo viene del agujero que tengo en el pecho (esto ya no es real, bueno, sí es real pero no físico), pero ahora no me apetece hablar del agujero, no aquí, no ahora y no así. Continuemos.
 En literatura, en el día a día y, ocasionalmente, en boca de todos, se habla de escritores ¡hay tantos escritores! Y a todos ellos, pese a que no se les nombre, se les recuerda, por lo menos les recuerdo yo al estudiarlos y al oír las mil y una cosas que dice mi profesor sobre ellos, "ay", pienso yo soñador, "si yo fuera... si alguien me reconociese por la calle diciendo "¿tú eres...?", si pudiese organizar un numerito desde mi posición de ese tipo de persona, si se me valorase como me valoro yo en mis sueños...". ¿Quién se atreve? ¿Quién me dice con voz enérgica "tú puedes, todo es esforzarse"? Es cierto, quizá si no dejo de escribir un segundo, dentro de treinta años "Miguel Pérez Moya" le suene a alguien a quien yo no conozca, pero mi fantasía fue aparecer en mis propios apuntes como parte de la literatura, porque "la literatura es la historia". Antes de seguir, no me llaméis soberbio o algo así, estoy comentando cosas que no he dicho o no suelo decir, todo el mundo es de todas formas en su interior, otra cosa es que no lo digan, yo lo digo, no me juzguéis por ello.
Bueno, todo esto creo que era para terminar diciendo que estaría bien que intentase escribir una historia larga, una novela, si soy alguien con aires de grandeza, o una nivola, si resulta que me apellido Unamuno. Pero aunque idease una historia y la consiguiese plasmar, no sería nada válido para lo que requiere mi imaginación, con las ventanas abiertas, provocando aires de grandeza. Además, si empiezo a escribir un poco cada día para esas largas historias ¿qué pasaría con el poco que escribo para este blog? (ya sé que a veces me salto mi auto mandato de escribir diariamente...) No sé, no se nada. Volviendo al principio, a lo de que no se qué escribir, sigo sin saberlo, alguna historia sacaré, algún monólogo, algún hecho real al que deforme un poco, algún pensamiento o tristeza que se haga párrafo, algún poema... Pero me considero abatido, tal vez cuando tape el agujero, tal vez.
Esperemos que consiga tapar el agujero, sino tendré que decir adiós, no me apetece tener un agujero, no me apetece decir adiós, tal vez, si no fuesen las cuatro de la tarde, podría decir "buenas noches" y olvidarme de todo, durmiendo un poco.
En fin, buenas tardes, y no se dejen disparar, no les vaya a salir un agujero en el pecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario