martes, 11 de agosto de 2015

Cieux

Era plena noche cuando desde la calle se pudo observar cómo la luz de la habitación se encendía. Dentro, un hombre se levantó de la cama excitado, se puso las gafas que se encontraban en la mesilla de noche y se calzó con las zapatillas de andar por casa. Su mujer, que dormía con un camisón de mujer vieja de textura suave, al principio creyó que le había despertado una pesadilla, pero cuando le vio abriendo el armario y estirándose para coger el baúl que descansaba al fondo, detrás incluso de la ropa en desuso, no supo qué pensar. Era un baúl que debiera haber sido olvidado, abierto solo por sus herederos con ellos dos ya muertos. Y de hecho el baúl había sido olvidado, pero erase de un hombre que había despertado de un sueño que no recordaba y que, impulsado por una fuerza extraña, se había adentrado al fondo del armario. Abrió la tapa, que no necesitaba de llaves ni fórmulas mágicas, y bajo ella halló papeles viejos y alguna fotografía dada la vuelta. El hombre cogió una en la que aparecía una mujer joven riendo en blanco y negro, ella salía en la mitad de la imagen, no estaba posando cuando la fotografiaron, el fondo parecía algún lugar del campo sin mayor encanto.
—Rocío, querida, creo que tenemos que separarnos.
—¿Pero de qué estás hablando? ¿Has perdido la cabeza?
Y él, con los recuerdos en sus manos sabía que no, que más bien la había encontrado.

El amanecer lo encontró riendo en un parque. Se había vestido, puesto una gabardina y cogido el baúl. Ahora leía escritos, cartas y hasta artículos de periódico. En aquel baúl había guardado a dos personas, dos de las más importantes sin contar a familiares. Por supuesto no estaba Rocío. Una era una amiga, una de la que recordaba hasta cómo fue la primera vez que la vio. Ella entró por el patio de butacas vacío y se dirigió al escenario, llegaba tarde, por lo que él ya estaba en él. Lo que no lograba recordar es cómo de ser compañeros de teatro había llegado él a apreciarla tanto. Recordaba cuando le decía “ojalá me gustases y ojalá te gustase, seríamos la pareja perfecta”, y fue decir eso y ella se hizo lesbiana, pero no pasó nada, así pudieron tener la conversación sobre culos femeninos más trascendente que se haya podido tener. Iban juntos a todos esos lugares a los que la gente dice que quiere ir y de hecho les gustaría ir pero no van. De ella fue de la persona que más cerca se sintió en cuanto a gustos de cine y literarios, de hecho fue de la persona que más cerca se sintió. Pero aquella amistad había terminado hacía tiempo, de una forma horrible que todavía se le clavaba a él en la columna de una manera punzante a causa del arrepentimiento, por eso ella estaba en el baúl.
La otra persona, hartamente conocida ya, era la historia de algo que no fue amor que todo el mundo hubiese querido tener. Una persona que apareció, brilló en su vida hasta cegar y despareció de pronto, dejándole a él con el recuerdo y medio ciego. Esa persona, además, reapareció varias veces más en su vida a lo largo de los años, continuando con la antigua hipótesis de ambos de que aquella historia, de tan fantástica, parecía irreal. Cada vez que se volvían a encontrar, como dos enemigos viejos o dos antiguos amantes, portaban caras nuevas, y como además intentaban enseñarle al otro cuánto poco sabía y lo mucho que habían cambiado las cosas en sus vidas, acababan interpretando cada uno su papel sin saber ya muy bien qué era del otro y qué era de sí mismos en relación con el otro. Esa relación terminó porque uno se alejó un poco y entonces el otro se alejó más y el uno se enfadó y el otro empezó a jugar con el odio y los dos, el uno y el otro, no volvieron a verse dejando sus diferencias en el baúl.

Y cuando el hombre terminó de repasar su recuerdo más querido y se dio cuenta de que aquellas dos personas no estaban ni podrían estar más, pensó que no quería seguir teniendo una vida normal, que aunque no pudiese vivir en los recuerdos él quería volver a portar una vida extraordinaria.

1 comentario:

  1. Me voy a tatuar el segundo párrafo en el alma (pero solo la parte feliz)

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