Barriendo iba cuando se topó con una colilla. Ésta le sonrió
y le dijo:
—Barrendero, es usted muy lindo.
Entonces el barrendero miró a un lado, al otro, cogió la colilla, la encendió y empezó a fumársela. Mientras ésta gritaba el barrendero comentó:
—Colilla tonta. Los barrenderos no son lindos y las colillas
se fuman hasta que tosen los pulmones.
Y el barrendero siguió barriendo toda su vida, su
escoba barrió de todo pero jamás se volvió a topar con ninguna colilla.
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