Y yo le cantaré a un pájaro un mensaje, y él
silbará alegre, y yo me enfadaré con él, cantándole el mensaje una y otra vez.
Cuando el pájaro llegue a ti te cantará un mensaje y podrás ver que está muy
serio. Tú, la chica que, maravillada, se abría el pecho para mostrarle a la
gente las venas de tu pecho. Sé que pedirás los papeles para que se haga un túnel
en la niebla y puedas volver. Y mientras tú saltas montañas yo me beberé los
lagos, para no tener que echar mi capa por encima después para que puedas
pasar. Vendrás con una historia y un sueño incompleto, yo te habré hecho un
colgante de rayos de sol. Y después todo desaparecerá, no habrá importado nada
y tú y yo nos abrazaremos y nos separaremos solo por no hacernos piedra. Tú soltarás
tú leyenda y yo soltaré la leyenda de las rosas, y juntos, desde el mirador,
veremos cómo serpentean, se retuercen y una gana a la otra, ya sabes cuál. Al
final me dirás que te has olvidado de cómo se leía y que por favor te lea el
libro que te regalé y que no te atreves a abrir, te recostarás y yo leeré con
las gafas puestas hasta que te quedes dormida. Y bueno, cuando te despiertes te
volverás a encontrar dentro del muro de niebla, con el corazón tibio y un par
de leyendas por pendientes, a juego con el colgante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario