lunes, 3 de marzo de 2014

Bienvenido a mi caos.

-Pásame otra- Y desde la cocina me lanzó una lata de cerveza que pillé al vuelo, abrí y bebí un trago.
Nunca me había gustado la cerveza, fumar ni nada relacionado con el sexo, de hecho despreciaba todas estas cosas, pero como se esperaba de mí que las abrazase y tomase en mi vida, lo hacía.
-Vamos fuera-Me dijo
Y él saltando el sofá y yo levantándome de un salto, ambos muy enérgicos, nos deslizamos por la puerta. La calle estaba fría ¿o era el aire? mientras trotábamos, haciendo de todo algo nuestro, se me ocurrió la metáfora de que la contaminación de la ciudad, era su bufanda, y luego se me ocurrió añadirle "por darle calor y acabar asfixiándola".
Billy el Casiloco, que en otras historias en las que no estaba desenfrenado se llamaba Ernesto, se había convertido en un peligro público, de hecho una vez le regalé una placa diciendo eso, la placa la hacían en una tiendecita cerca de donde estaba mi antiguo trabajo, cuando tenía uno, y él... a él no lo hizo nadie, se perdió solo, cuando perdió a dos amigos que tuvo antes que yo, y dos amores que, claramente, tampoco fui yo. Ahora Billy vagaba saltando por ciudades ajenas, ejerciendo de Superhombre para Nietzsche, robando letras de canciones, viviendo la vida de tal manera que lo más excitante se convirtiese en aburrido y, como estaba haciendo en ese mismo momento, haciendo buenos actos, ahora dejó de correr, y ayudó a una anciana a cruzar la calle, dos calles más allá rompió el escaparate de una tienda de animales y, mientras interpretaba el papel de una obra de teatro que él mismo había escrito, los liberó a todos. Pobres animales, pensé robando una gorra y poniéndomela en el pecho con gesto muy trágico, ahora, en libertad, solo les espera ser capturados de nuevo, morir o ser libres.
-¡Libres!- Gritamos Billy y yo a la vez.
¿Qué era yo para Billy? Esa era la pregunta que me hacía cada despertar, después del "¿Qué he soñado hoy?", y la misma que me hacía antes de acostarme cada noche y mientras me lavaba los dientes. Solía pensar que era un instrumento, un medio para un fin, pero, siendo sincero, esto lo pensaba para no desanimarme si algún día una trágica verdad llegaba a mí, la verdad es que siempre he pensado que soy lo más parecido que tiene a un amigo, el es raro, y por eso me trata de rara manera.
Ahora, en un ejercicio de sinceridad digno de dioses y reyes os diré que ni Billy ni yo, que claramente soy medio-copia de él, somos originales, No, no lo somos. Vemos películas, en el cine, en la televisión, en los bares, en el móvil, en casa del vecino usando prismáticos y en las tiendas de televisores y esto, amigos míos, es lo que nos hace ser, copiamos a las películas, a sus personajes, sus frases, sus músicas, sus intrigas, sus títulos y sus géneros ¡para narrar esto estoy copiando a once narradores!
-¡Viva el caos organizado!- Empieza a gritar Billy, y yo termino el grito acompañándole.
¡No hagan caso a los mentirosos! Nunca hemos hecho nada malo, y, como ahora mismo, en mi mente, la maldad es subjetiva ¡Estoy en lo cierto!
Les contaré otra confesión, que hoy me siento alegre, por respirar, por vivir, se la contaré, si señor. En otro tiempo me dedicaba a despertar a la gente, lo solía hacer enseñándoles y animándoles a escribir, pero también instándoles a saltar, a bailar, a salir a la calle y gritar, a hacer lo que de verdad quisiesen ¡Y qué error cometí! ¡Monté una revolución! Menos mal que solo fue en una ciudad y que un ejército la aplacó, porque, entre la felicidad de todos, yo era infeliz. Descubrí que el mundo debe seguir siendo gris para que mi interior brille y yo sonría, así que ahora solo a unos pocos ayudo, el resto que se obcequen en cavar sus tumbas, pero que me dejen la calle libre.
-Volvamos a casa- No me sugiere, me ordena, Billy, y yo me enfado, había construido todas esas ideas escuchando las cuatro estaciones de Vivaldi y él me ha quitado la música.
Mientras me voy, mientras me estoy yendo, giro la cabeza y guiño el ojo a la cámara por la que me ve un tal escritor y le prometo que si tres personas le piden que siga mi historia, más le mostraré y contaré.
¿Fin?

2 comentarios:

  1. Por favor, que dos buenas personas mas digan que continue la historia

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  2. ...ya somos dos, sigue la historia, por favor ¿un tercero?

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