jueves, 20 de marzo de 2014

No voy

Voy a contar lo que no voy a hacer mañana.
Mañana por la tarde no voy a coger el bus, el metro, ni el tren. No voy a llegar pronto y no voy a ponerme a dar vueltas mientras los ricos piensan que soy un atracador. No voy a sentarme en el banco que está cerca de la puerta, ni a mirar el cartel de esa iglesia, ni fingir que leo algo en el móvil para evitar la mirada del pescadero. No voy a entrar pronto, no voy a curiosear libros y no voy a ayudar a colocar las cosas. Tampoco voy a ir saludando a la gente que va entrando, no voy a no saludarla, como la última vez, no voy a echar en falta a quien no está ni soportar a la chica rara. No voy a leer el poema que no voy a escribir para la ocasión. No voy a morderme la lengua para no corregir errores como casas, ni voy a pensar que ese parece más mayor de lo que es, ni a pensar en la adolescencia al ver los temas que allí se tratan. No voy a estar allí para cuando eso termine, ni voy a despedirme, ni voy a colaborar en el juego del esquivar. No voy a no ir a cenar con ellos, ni voy a culparme por no haber llevado un libro mientras esté en el tren. No voy a pensar "debí haber hecho esto o aquello".
Nada de eso, no voy a ir.
Saldré por aquí o me quedaré en casa y No voy a pensar qué hubiese pasado de haber ido.




Fin.
-Nunca digas Fin.
¿Fin?

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